Las camillas de estética son más que un instrumento básico para el profesional deben ser una experiencia de bienestar y satisfacción para el cliente.
En este caso, deberás definir cómo será el tipo de servicio que quieres ofrecer, en un espacio fijo: consultorio, centro de estética, spa; o si será a domicilio; de ello dependerá el tipo de camilla que deberás elegir y comprar.
Si eres de los profesionales que ofrece sus servicios a domicilio, deberás comprar una camilla portátil, que sea ligera, fácil de transportar y manipular. Si el trabajo lo realizarás en un centro o consultorio, lo más acertado es adquirir una camilla fija, bien sea hidráulica o eléctrica. Las camillas fijas suelen ser más cómodas, grandes y resistentes. En este aspecto, las camillas de madera aportan una sensación de calidez y frescura, además que son resistentes. Considera también, que, aunque la camilla sea fija, tenga unas ruedas que permitan su desplazamiento de ser necesario, así puedes ubicarla en el espacio ideal de una forma más fácil y cómoda.
Si hablamos de estética tienes que estar pendiente que los colores de la camilla sean armónicos con el espacio de trabajo, además de cómoda y que se adapte a las necesidades del trabajo. No olvides, dejar a un lado, las medidas de limpieza que debes tener de tus instrumentos de trabajo; que además de la comodidad sea fácil de lavar o limpiar sin descuidar la calidad de los materiales. En estos casos se recomienda el uso de sábanas o papel camilla desechable.
Es recomendable que el material de la camilla (la cubierta) sea impermeable, para protegerla de fluidos como: cremas, aceites, chocolate, entre otros.
En el caso de los centros de estética normalmente se utilizan las camillas fijas, hidráulicas o eléctricas. Siendo las fijas más económicas, y las eléctricas la más costosas. Lo importante es que la camilla se adapte a las necesidades de cada uno de los tratamientos de belleza que se pretendan ofrecer.
Esther R.